Cada vez hay más adeptos al vino y a toda la cultura que se mueve a su alrededor. Muchos de ellos sueñan con destinar un espacio de la casa a esta bebida, pero en muchas ocasiones no se cuenta con un espacio excesivamente grande como para ubicar una bodega. Te mostramos las posibilidades de guardar y conservar el vino en casa.
Antes de instalar una bodega en casa es importante decidir el lugar que se destinará a este cometido: una despensa, un rincón de la cocina, el interior de un armario, el salón gracias a cómodos botelleros o un frigorífico con vinoteca integrada. Muchos amantes de vino no quieren destinar toda una habitación para crear una bodega, la mayoría de las veces por falta de espacio, o bien no desean comprarse una vinoteca profesional.
En este caso, pueden optar por adquirir un botellero y ubicarlo en la cocina o terraza, preferiblemente cerrada. Las opciones y formas de botelleros son infinitas y tan solo hay que elegir la que se adapte mejor al espacio disponible. Si se opta por esta opción hay que tener en cuenta ciertos aspectos como evitar que la bodega esté cerca de fuentes de calor o frío.
Si el botellero se encuentra en lugar oscuro con poca luz será mejor para la conservación y tenemos que evitar que sea un lugar excesivamente húmedo. Es muy importante prestar atención a ciertos aspectos para dotar a la bodega de las condiciones más óptimas y dotar al vino de las mejores opciones de conservación:
- La temperatura: es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta. La temperatura ideal en una bodega es de 12 grados. Como en casa es muy difícil que se mantenga a una temperatura constante, lo idea será que no baje de los 8 grados y nunca supere los 18 grados. Si los mantenemos en un lugar a más de 20 grados, el vino acelerará su envejecimiento y la duración del vino será muy corta.
- La luz: es importante que las botellas no estén expuestas a la luz durante largos periodos, ni que la luz sea muy intensa ya que produce maceraciones y un sabor diferente. Una luz tenue o que se encuentre en una zona poco transitada sería lo ideal.
- El ruido: los ruidos y las vibraciones agitan el vino que causan alteraciones en el sabor y en los aromas.
- La humedad: si no es excesiva no perjudica a los vinos y en muchos casos, ayuda a su conservación y envejecimiento. Hay que controlar que la humedad no sea excesiva para que no se originen mohos y el vino se contamine de un olor a humedad. Lo óptimo sería conservarlos al 70% de humedad y si baja este porcentaje los corchos pueden encogerse.